31 mar 2009

EL ÁBACO DE LAS FARC




Desde que tengo memoria -ya he dicho acá que de por si es bien poca- he tenido que contar con los dedos: me cuesta hacer operaciones con más de dos dígitos y me he convertido en un dependiente de la calculadora –cuando no es que sumo con palitos-, me tumban con las vueltas del desayuno, tardo horas sacando porcentajes y vivo arruinado porque para mí el ahorro no es guardar la plata para el futuro, sino gastarla toda pero de a poquitos. En definitiva: no entiendo el mundo de los números. Pero me molesta que la gente abuse de esta incompetencia operacional para meterle a uno los dedos a la boca.

Dicen las Farc en su última carta a Colombian@s por la Paz que les da mucha pena, pero que ellos no tienen tantos secuestrados como las instituciones afirman. Que se les cae la cara de la vergüenza pero que ellos no van a aceptar la cifra de secuestrados económicos que el “difamador” Gobierno dice que tienen. Que es pura mala leche del Ejecutivo para aguarles su campaña humanitaria.

Según el DANE de las Farc, han “consultado con todas sus estructuras político-militares desplegadas en el territorio nacional (base de datos desarticulada y mentirosa) y pueden informar, que a la fecha, bajo responsabilidad de las FARC-EP, solo existen 9 retenidos por concepto de la ley 002”. Dejando de lado la ya reprochable manera de calificar a los secuestrados como “retenidos” o “prisioneros de guerra”, lo que afirman es un embuste barato.

El secuestro extorsivo ha sido la segunda fuente de financiación de la guerrilla, después del narcotráfico. Si tomamos las cifras del Gobierno del 2003 (sólo para hacer un supuesto) las Farc recibían de esta práctica aberrante unos 37 millones de dólares al año. Siendo muy optimistas, vamos a suponer que a la fecha (con los refuerzos de seguridad de los últimos años) esos recursos se han reducido a la mitad. Si han mantenido estas cifras tan escasas de secuestrados por extorsión, pretenden estos barbados guerrilleros hoy que les creamos que a cada una de estas 9 personas les cobran en promedio 5.000 millones de pesos a cada una. ¿Su segunda principal gasolina para carburar su guerra son 9 ‘pobres’ millonarios? Lo dije, soy pésimo en las matemáticas, pero el sentido común -no siempre- es el peor de mis sentidos. Les creo el 2 por ciento (que no sé cuánto será).

Según datos de la Fundación País Libre hay reportados 472 secuestrados por las Farc, por razones económicas. Asistido por la calculadora, frente a las cifras de País Libre, en este comunicado emitido desde las montañas de Colombia, la guerrilla sólo reconoce la responsabilidad en el 1,9 por ciento (quedo estupefacto: la credibilidad que me representan no estaba tan lejos). ¿Dónde están las otros 463 personas que –no me cabe duda- tienen privadas de su libertad? ¿Es que acaso los otros que no están por Ley 002 y se les cobra una ‘vacuna’ menor, no son considerados secuestrados? ¿Hacen distinciones, como el DANE, entre desempleados y ocupados? Están metiendo cuento chino.

Como lo han metido no sé cuántas veces afirmando que son defensores de los derechos humanos y que el único menor de edad que tenían en sus campamentos era un tal ‘Emmanuel’, quien justamente resultó que era el único que no tenían. No hace falta el registro de Human Rights Watch que señala que en promedio el 25 por ciento de sus miembros guerrilleros son menores de 18. Basta con el testimonio de los mismos secuestrados liberados quienes reiteran que las filas de las Farc están abonadas, en su mayoría, con jovencitos de entre 15 y 17 años –cuando no son de menos-.

En medio del conflicto lo único que han hecho guerrilla y Gobierno es plagiarse mañas. Acá (en la legalidad), el DANE vive maquillando la cifra de desempleo y la ubican siempre por debajo del 15 por ciento, cuando la realidad nos dice todo lo contrario. Resta esperar que –ahora que sí nos ha golpeado la crisis e inevitablemente las empresas se verán obligadas a despedir buena parte de sus empleados- no nos vayan a salir, otra vez, con esa cifra artificiosa y desproporcionada. Porque si yo soy bruto con los números, los del DANE son peores. Para no hablar de Uribe, para quien 1 no es 1, sino que puede ser 2. Y si se puede: 3.

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Paraguas 1: Si las economías del mundo van tan mal, lo primero que cualquier parroquiano podía prever era: una reducción en la publicitadísima “inversión extranjera”, disminución en las remesas que llegan a Colombia y una baja ostensible en las exportaciones dada la comprensible tendencia proteccionista actual de los países, que buscan proteger y privilegiar sus mercados internos. ¿Ante una lógica tan evidente (sin entrar en menudeos de especialistas) creía usted, Presidente, que Colombia iba permanecer blindada toda la vida? Con gusto le presto dedos (20 míos y cinco que usted ya tiene de ‘Iván Ríos’) para sumar. Perdón, me olvidaba de la crisis, para restar.

Paraguas 2: Por motivos personales no saldrán estas notas durante las dos siguientes semanas. Presento mis excusas.

25 mar 2009

SIN EXCESOS DE PERSONALIDAD


Tengo miedo de asistir a la reunión de mañana en la Plaza de Bolívar a favor de aportar “una dosis de personalidad”. Temo que en vez de aportar dosis, se presenten seres que ellos mismos las representen. Y debido al exceso de personalidad que hay -en Colombia y en el mundo- es razonable espantarme, no vaya a ser que uno se encuentre con personajes indeseables que superan cualquier calidad personal, comparados con nosotros los demás mortales.

No quisiera sentir mañana, en medio del gentío, el sagrado piquete de un cristo clavado en mi espalda (y eso que en la espalda pasa, más abajo sería inaudito) y que al darme vuelta me encuentre de frente con Alejandro Ordóñez, el inflexible Procurador General de la Nación (para más señas: el de la foto). ¡Qué pavor toparse con este señor alzando sus sacrosantos elementos! Porque si la manifestación es a favor de la libre personalidad ¿quién me asegura que Ordóñez no estará allá en primera fila? Mucha personalidad debe tener él para ser tan descarado y minimizar (u omitir, lo cual es peor) las pruebas que existen sobre el cohecho reeleccionista. Mucha personalidad, digo, porque luego de haber labrado una carrera prominente en el Derecho, se deben tener muchos pantalones para aceptar la condición actual de funcionario de bolsillo.

Si en el supuesto llega a estar Ordóñez, no veo porqué no esté la única Trinidad que le agradece sus esfuerzos: Sabas Pretelt, Diego Palacio y Dios Padre: presidente Uribe. Gozan de la misma personalidad desmedida que les permite mantenerse en sus cargos a pesar de estar en medio de tan graves y tan serias acusaciones. Si de ese calado serán los asistentes no descarto entonces la presencia de Rojas Birry, el Personero de raíces indígenas que también salpicado por haber recibido pagos de David Murcia, aún no tiene la humildad de abandonar el puesto público. No sé ustedes, pero yo, estoy lejos de tener personalidad suficiente.

Personalidades muy altas como la del jovencito que le confiesa a la revista Semana, resignado por sus culpas pero sin sonrojarse, que “hizo entregas” de al menos 30 jóvenes para que fueran asesinados por el Ejército y posteriormente mostrados como “positivos”.

O personalidad suprema como dicen que tiene el excelentísimo Benedicto XVI, cuya cualidad original le permitió decir en África que la propagación del SIDA deviene del uso del preservativo, es decir, de lo único que medio nos protege de la transmisión del virus. ¡Mucha personalidad, carajo! Para el Papa el problema es el cuerpo, que a veces se manda solo. Y no digo que no, el Santo Padre a lo mejor tiene razón. Algún día seremos mejores que nuestros pipíes, para su satisfacción espiritual y la de su rebaño. Por lo pronto, hasta no haber prevención distinta a la castidad, seguiré usando condón. Así me salgan caros y me dé vergüenza comprarlos en el supermercado.

Respecto a la cita en la Plaza de Bolívar, si el acto público no se desvirtuara, la de mañana sería una imagen de porros, banderas de arcoíris, controles de X-box, cámaras fotográficas, menús de Coca-Cola y cigarrillo, revistas de Comics, arequipes, revistas pornográficas, pinceles y vibradores de bolsillo.

Por supuesto aportaría mis dosis de personalidad mucho más modestas: mis ‘peches’ con filtro, una botella de Antioqueño, un termo con café, un frasco con ají casero, un maniquí que represente a las mujeres (tómenlo en el buen sentido), libros, una agenda donde anoto este tipo de pendejadas y un radio con el que escucho las noticias. Son todos mis vicios, hasta hoy considerados legales. Sería interesante que así sucediera, pero lo dudo. Todas las movilizaciones con un verdadero sentido cívico terminan usurpadas por los inoportunos.

Se aparecerá esa otra gente a la que temo porque están privilegiados con su “mucha personalidad”, porque es justamente en la cantidad donde está el conflicto. Luego de conversar con un psicólogo que a veces oficia como mi amigo, encuentro que el problema es el adverbio, no la personalidad. “No es lo mismo tener personalidad, a tener ‘muuucha’ personalidad –me explicó con su particular obviedad javeriana-. Tener mucha no es bonito, si te lo dicen puedes tomarlo casi casi como un insulto.”

Muy elocuente mi amigo, pero el caso es que más o menos le entendí: una cosa es tener la capacidad de soportarse uno mismo (a pesar de su propia ineptitud), y otra muy distinta tener una cualidad medianamente lograda para desarrollar la vida como se nos viene en gana. A esta última el sobre protector gobierno pretende penalizarla considerándola una “enfermedad”. Mientras que a la otra, a la mucha, insiste en llamarla “dignidad”.

Por el bien de todos que se llene esa Plaza. Pero que se reserven el estricto derecho de admisión para que no se filtren anacrónicos sátrapas, ni mucho menos águilas negras de limpieza social, como suele ocurrir. Se necesitan muchas dosis (sin llegar a sobredosis) que hagan una impertinente, necesaria y testaruda mancha. Porque soporto con gusto el pinchazo de Ordóñez -incluso más abajo-, pero jamás toleraría levantarme un día judicializado porque disfruté mi libertad, la respiré, me la bebí o me la fumé. Sería fatal.

18 mar 2009

¿OTAN PARA SURAMÉRICA?


El Consejo de Defensa Suramericano es sin duda otro precioso gol que anota el brasilero Lula Da Silva. Lo que hay que ver es si esa anotación fue para un simple partido amistoso, o para poner a clasificar al equipo.

Digo que es un gol porque con éste se posiciona, aún más, ya no solo como el jefe de una de las potencias económicas del mundo, sino también como una pieza fundamental en los análisis que hace la ONU permanentemente sobre la región. Su preponderancia e importancia la manifestó el mismo presidente Obama, quien le pidió que lo llamara Barack, así, con confianza, como cuando Bush le decía a Uribe: “amigouuu”.

La propuesta de crear un Consejo de estas magnitudes en esta parte del continente es un privilegio que sólo se podía dar Lula dadas sus circunstancias de “gran hermano” (como atinadamente lo han venido calificando). Y la idea, hay que reconocer, es muy buena. Pero también puede convertirse en una institución inservible e inane donde sus miembros se reúnan anualmente únicamente para decir babosadas. Cumbres, como ya hay varias, que de efectos prácticos no tienen nada.

Lo que se requiere en un clima tan feroz, como el que viven nuestras fronteras, es promover algo más contundente. ¿Qué pasaría -me pregunto y les pregunto yo-, si pusiéramos a funcionar algo que podría considerarse como una suerte de OTAN suramericana? Esto es -palabras más, palabras menos-: crear un ejército conjunto. A mi juicio podría llegar a ser lo más conveniente, pero bienvenidas las objeciones. Un ejército permanente, con capacidad y autoridad de atravesar, por ejemplo, de Colombia a Ecuador, o de Colombia a Venezuela, aseguraría que las fronteras no se convirtieran en hervideros y, sobre todo, en santuarios terroristas. Sin mencionar los muchos beneficios que traería para combatir ese veneno que nos cunde que se llama narcotráfico.

La cabeza de generales ya está: son justamente ese Consejo de Defensa Suramericano conformado por los ministros de defensa de los doce países, al que habría que sumarle los generales de las fuerzas militares. Y cuyo comando militar ya no estaría en Bélgica (como pasa con la OTAN), sino en Brasil, nuestro pariente neutro. Si coincidimos que el objetivo común es atacar los delincuentes que toman ventajas en las fronteras (y dadas la falta de diligencia de algunos gobiernos para hacerlo) no habría excusa para no aceptar este nuevo ejército.

Dirán entonces que no hay plata para conformar otra guardia fronteriza. Pues yo sí creo que haya. En los últimos 5 años el presupuesto en defensa de América Latina y el Caribe aumentó la pendejadita del 91 por ciento. Plata hay para la defensa y la ha habido siempre, haya o no haya crisis. Lo que sí habría que hacer es destinar parte del desembolso en defensa local, para la conformación de esta defensa internacional. Por carambola se está combatiendo al mismo enemigo interno.

Eso sugeriría entonces que no habría que recurrir a operaciones ‘Fénix’ como en la que se abatió a Raúl Reyes en Ecuador, porque: en primer lugar, ese guerrillero no podría estar en una frontera que patrulla este ‘Ejército Suramericano’; y segundo, porque en caso de encontrarse allí sería esa misma fuerza internacional la que se encargaría de ejecutar la operación coordinada, en este caso, por el Ejército colombiano.

Dos pájaros de un solo tiro: se limpia de impunidad las fronteras y se cuenta con una Suramérica más unida en caso de que algún otro gobierno, por fuera de la región, decidiera atacar a uno de los países miembros del Consejo. Una gran cancillería de la Defensa.

Quiero pensar que no son solo globos de utopías, sino reflexionar qué pasaría. Evaluar las salidas posibles en vista de que la diplomacia ha resultado infructuosa para que nos colaboren con desarmar el terrorismo y el narcotráfico. ¿Será apostar a mucho? ¿Qué tan abiertos a una propuesta como esta estarían los presidentes Chávez y Correa? Eh ahí el embrollo del asunto, porque son sus fronteras, no las de Perú, Brasil y Panamá, las que nos causan tantos problemas.

Claro, antes necesitaríamos nosotros tener una cancillería sólida, un ministerio de Defensa serio -¡y prudente!-, liderazgo, madurez y dignidad, ésta última que sólo conoce (quién lo iba a decir) el vicepresidente Pacho Santos.

Habrá que esperar y seguir buscando fórmulas. Abusando del lugar común hay que decir que, mientras tanto, nos tocará seguir viendo a Brasil: el único al que se le ve jugar bien, con carácter, seriedad, y con su seductor “jogo bonito”.

Paraguas:
Ya estaba lista esta nota antes de recibir atónito la noticia de que el nuevo Procurador (justo título para este fanático pro-Curas) resolvió absolver al ministro de Protección Social y al embajador Sabas Pretelt en el caso de la Yidispolítica. Volveré a abrir este paraguas en otra oportunidad, si es que el diluvio de escándalos semanales lo permite. Solo una puntica: ¿si estaba tan convencido de la inocencia de sus acciones, porque el solapado Gobierno le ofreció 1.700 millones de pesos a Yidis para que no publicara el libro en el que relataría al detalle cómo se fraguó el cohecho? Porque cohecho sí hubo, si no ¿por qué a Yidis y Teodolindo los metieron a la cárcel?

11 mar 2009

ESE RECUERDO QUE CASI SE VARA EN EL OLVIDO


En algún lugar de esa madeja ineficiente en que día a día se convierte mi memoria, tenía una imagen, una historia, que hoy más que nunca es pertinente compartir. Paso a contar. Una tarde de abril del año pasado, cuando me dirigía hacia el norte de Bogotá, se subió al bus un personaje de apariencia campesina: sombrero costeño, pantalón remendado y un morral en el que guardaba los últimos despojos que le quedaban de un precipitado destierro. Hasta ahí era la familiar y siempre triste imagen del desplazamiento.

De la primera parte de su relato no recuerdo mayores detalles. Grosso modo: que iba en una flota por el trayecto de alguna carretera nacional cuando fue abordado junto con su familia por un frente guerrillero. Pero que desde ese día llevaba una dramática tragedia escondida bajo sus pantalones. Dicho eso me espabiló de inmediato sin dar espacio a la sonroja: se desapuntó el cinturón, descendió su bragueta y ya con los pantalones escurridos mostró que su testimonio no era un cuento inventado para pedir dinero en el transporte urbano. Ese grupo guerrillero, que hoy constato era el frente 47 de las Farc, le había quitado sus órganos genitales a este señor que, paradójicamente, tenía muy bien puestas las huevas como para atreverse a exponernos su desgracia.

Neuronas oportunas grabaron un nombre de ese relato que contó este hombre hace ya casi un año: “Karina”. Como historias crueles pasan en el país todos los días, no había atado los cabos que ahora vienen al caso. Esa ‘Karina’ es la misma que saldrá libre en contados días con ese mote escandaloso y descarado que han optado acuñarle: “gestora de paz”. La misma ‘Karina’ que mencionó aquél campesino que se desnudó frente a los pasajeros, cuyo nombre es Miguel Antonio Páez.

La declaración del abogado Julio Gómez, defensor de Páez, fue la que terminó de completar este vago recuerdo que tenía y enseñarme el nombre de esta víctima. Páez quedó emasculado (‘capado’) y su esposa lisiada de una extremidad, por disparos propinados por la reconvertida ‘Karina’. Desde aquél brutal suceso ocurrido el 10 de mayo del 2000, ni Páez ni su esposa ni sus hijos han podido regresar a su parcela en Necoclí. Como sí lo podrá hacer su victimaria, gala a su infatigable trabajo como “gestora de paz” de esta patria adolorida.

El caso ‘Saldaña’

Había esbozado en una nota anterior mis reservas con el caso de ‘Olivo Saldaña’. Este guerrillero pasó más de 4 años en prisión, mientras que Karina’ completó apenas 10 meses. En delitos no se pueden hacer comparaciones -o preferiría evitarlas al menos-. ‘Saldaña’ también afronta procesos por secuestro extorsivo, homicidios y tomas a poblaciones, pero hizo algo que ‘Karina’ no ha hecho: pedir perdón a sus víctimas, algo apenas elemental y humano para alguien que dice buscar una reconciliación con la sociedad a la que tanto daño le hizo.

Critico mucho que ‘Olivo’ haya sido ficha de mostrar del Gobierno, prestándose para desmovilizaciones ficticias como el bochornoso suceso del Bloque Cacica ‘La Gaitana’. No se puede aceptar que de manera ilegal se ayude al gobierno (de ninguna manera) porque eso sería como legitimar el fenómeno del paramilitarismo.

Repito, tengo mis reservas. Pero por lo menos éste sujeto estuvo de cárcel en cárcel (a través de mensajeros) convenciendo a más de 1.000 guerrilleros para que abandonaran sus vínculos con la organización terrorista, para quitarle adeptos a ese movimiento en caso de un eventual canje. No es un hombre de aplaudir, incluso puede que sea de desconfiar, pero hizo algo productivo para el país aun echándose de enemigo al pleno del Secretariado de las Farc (cuando todavía sus miembros estaban vivos). ¿En cambio ‘Karina’…? Juzguen ustedes.

Paraguas: No entiendo porqué esta ex guerrillera, presunta responsable del asesinato del padre del presiente Uribe, tendrá mejor destino que los paramilitares que están hoy en celdas de Estados Unidos de dos metros. Me tiene desconcertado, Presidente. Lo reconozco. ¿Usted que tiene mil maromas para inventar extradiciones?

4 mar 2009

EL JABÓN EN LAS MANOS


Queridos amigos uribistas, discúlpenme que haga de abogado del diablo. Otra vez. Nuestro presidente –sobre todo de ustedes que votaron por él- está perdiendo el control de la situación y ya no tiene el sartén por el mango como se decía lo tenía antes. Es muy cuestionable que esté tan deteriorada su gobernabilidad estando ya en su segundo periodo.

Los recientes sucesos de las interceptaciones ilegales del DAS, para favorecer quién sabe a quién; las salidas en falso de su ministro estrella, Juan Manuel Santos; las rectificaciones que tiene que hacer a sus demás funcionarios; la ineptitud del Comisionado de Paz; la cúpula militar solicitando consejos de seguridad extraordinarios; miembros del Ejército promoviendo falsos positivos; el negocio de las pirámides que no se detuvo a tiempo; las crisis diplomáticas; el fracaso de la política antidrogas (porque cada vez hay más coca) y un Parlamento andando a media marcha, y mal; sugieren que el Gobierno está cundido de ruedas sueltas que en seis años no se han podido engranar.

Oigo a muchas personas (y mi madre la primera) diciendo que el pobre Uribe qué culpa tiene si “le resultan tan malos, inútiles y corruptos” sus empleados. “Madrecita –trato de explicarle siempre-, la tiene toda. Fue él quien los eligió, no fue otro”. Entonces que no vengan a decir “qué culpa tiene él”, pues la función de un Presidente –y de cualquier gerente de empresa- es poner a funcionar a sus empleados y asumir las responsabilidades de sus fracasos y desagravios. No se puede lavar las manos con el cuento simplista de que “le resultaron malos”. Inaceptable, por decir lo menos.

Como sucede con el jabón que se resbala, se sale de control, rueda por el suelo y si no se presta atención se termina en una destutanada la tenaz, así están en las manos del presidente Uribe los funcionarios más trascendentales para el país. Insisto: después de 6 años.

Para ilustrar cómo es de evidente la pérdida de poder de maniobra del Presidente basta ver su famosa coalición uribista (fundamental para materializar su proyecto de gobierno). Está pegada con babas y lo estará menos cuando el doctor Uribe diga que no le apuesta a una segunda reelección. En otras palabras: se le saldrán de las manos.

Salvo el sentimiento generalizado de sentirnos más seguros (¿vigilados?), su gabinete ministerial y el pleno de congresistas, no lograron convencernos de un verdadero proyecto de país que nos conduzca hacia el progreso económico y social de manera sostenible. Claro: ya podemos viajar, pero si no hay vías en buen estado para qué nos invitan a vivir Colombia y viajar por ella. Claro: aumentó la inversión extranjera, pero si no tiene incidencia real en los sectores populares y beneficia únicamente a los más pudientes, pues no sirve de nada. Eso, amigos uribistas, es falta de gerencia.

La anhelada paz tampoco se concretó. Darle duro a la guerrilla no es construir la paz, señores y señoras gobiernistas, es agitar la guerra si, además del plomo, no se abren caminos para por lo menos sacar los secuestrados de la selva. No se puede gobernar con las tripas. Y la figura del Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, que debería ser completamente neutral –pero dinámica- terminó politizada e inservible. A éste sí que se le salió el jabón de las manos.

Entonces, luego de 6 años con el gerente Uribe, hay que empezar a hacer la diferencia que Popularidad no significa Gobernabilidad. La primera da votos, la segunda resultados. Discúlpenme si después de 2.400 días demando un poco más de resultados y menos palabrería.


Paraguas: ¿Será Juan Manuel Santos quien ponga de acuerdo por primera vez a Chávez, Obama y Correa?